Somos modernos. Ultramodernos. Nos gusta tener el último modelo de teléfono móvil, con la mejor cámara y la mayor capacidad. Smartphones, tablets, e-books. Es la revolución digital. Pero también está de moda lo retro.
Ser moderno es ser vintage. Podemos instalar en nuestro smartphone (con cámara de 8 megapíxeles) diversas aplicaciones que editan nuestras fotos como si hubieran sido tomadas con carretes caducados o hubieran estado guardadas en el cajón de nuestra abuela durante medio siglo.
Esta "nueva" red social ha cautivado a anónimos y famosos a partes iguales. La industria de la moda y el mundo de la comunicación tampoco han perdido el tiempo y las marcas y los medios también se han creado su propia cuenta en instagram.
El éxito de esta aplicación fotográfica ha sido tal, que la red social por excelencia, Facebook, la ha comprado recientemente, después de varios intentos de hacerse con la exitosa red social de fotografía. Además, según ha publicado Ángel Luis Jiménez, periodista especializado en tecnología, un estudio italiano de diseño ha concebido un proyecto llamado Socialmatic, que materializa la cámara de Instagram, aunque, previsiblemente, no se comercializará para su uso real.
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